En
la sociedad del futuro, los cambios se sucederán con celeridad con lo cual una
persona difícilmente puede prever que conocimientos se van a necesitar en un
plazo de cinco o diez años para poder solucionar los problemas que la vida
plantea. Pero, sí se pueden desarrollar capacidades y habilidades básicas que
puedan ser útiles para vivir en cualquier tipo de sociedad.
Tenemos
que darnos cuenta que la fuerza principal de una nación no reside en las
reservas energéticas, sino en la capacidad creadora de sus miembros.
La
educación actual destaca la prioridad de lo conocido; hace muy poco por preparar
al individuo para afrontar lo desconocido. No tiene en cuenta que los escolares
de la actualidad pasarán la mayor parte de sus vidas en el desconocido mundo
del SXXI. A los alumnos de hoy en día hay que prepararlos para un mundo en el
que su capacidad para funcionar no va a depender de su dominio de los hechos y
principios que ahora se enseña en las escuelas, sino de su habilidad para
manejarse con nuevos hechos y principios que todavía no han sido siquiera
imaginados.
Sabemos
que dentro de 50 años, la mayoría de las cosas que hoy son válidas dejarán de
serlo. A nivel de organismos internacionales, la historia demuestra que se deben
trazar otros caminos, inventar otros métodos para resolver el problema de la
crisis mundial.
En
muchos sentidos, los alumnos están sujetos a la servidumbre del sistema, que
les niega la oportunidad de ser brillantes, se les priva de que sus mentes puedan
desarrollarse. Pensar, planear, tomar decisiones y hábitos creativos,
curiosamente no son fomentados en los estudiantes.
Niños y jóvenes disponen de una mente con potencia, emociones y aceleraciones que deben ejercitarse para conseguir su óptimo grado de desarrollo ya que sino tendremos individuos con el cerebro ralentizado.
Niños y jóvenes disponen de una mente con potencia, emociones y aceleraciones que deben ejercitarse para conseguir su óptimo grado de desarrollo ya que sino tendremos individuos con el cerebro ralentizado.